Es tiempo de calabazas, y no porque sea Halloween, sino porque estamos en otoño. La estación del año que nos invita a recogernos en casa y disfrutar más de nuestra familia y de nuestro hogar. Este año ha sido un buen año en el huerto y tenemos tantas calabazas que ya no sabía que hacer con ellas. A mi me encanta la crema de calabaza, pero con una vez que la haga tengo para todo el otoño, solo me gusta a mi. Así que aprovechando este tiempo de desconexión forzada he aprovechado para desempolvar viejas recetas y experimentar un poco en la cocina.
Las hemos comido en bizcocho, tortitas, galletas, horneadas con queso, fritos de patata y calabaza.....de mil maneras, pero sin duda la que más nos ha gustado ha sido esta versión muy poco modificada de una receta que encontré en el blog Food & Cook de Trotamundos. Yo no tengo KA así que la receta está hecha con varilla en mano, os puedo asegurar que no se tarda nada y es un auténtico placer comerla.
Estos días no he visitado vuestro blogs, así que no se si habrá muchas versiones de esta tarta, en unos días lo descubriré y seguro que todas estarán igual de irresistibles. No me dio tiempo a tomar una foto de la tarta entera, y aunque la he hecho un par de veces, nunca me ha durado al mediodía. Así que espero que os conforméis con este trocito.
Ingredientes:
Para el relleno:
200 gr de azúcar de caña
1 cda de maicena
½ cdta de sal
1 cdta de canela
400 gr de puré de calabaza
3 huevos
200 ml de nata ligera
200 gr de almedras troceadas
Hacemos una bola, tapamos con film y dejamos reposar 20 min. Estiramos con rodillo y colocamos en un molde forrando incluso las paredes. Pinchamos con un tenedor la superficie y cubrimos con papel de hornear o aluminio , rellenando con unos garbanzos u otro tipo de elemento que ejerza presión sobre la masa. Horneamos 10 minutos a 200º. Transcurrido este tiempo la sacamos y la dejamos enfriar.
Mientras preparamos el relleno. Mezclamos los huevos con el azúcar, cuando estén bien integrados, añadimos la maicena, la sal, el jengibre y la canela. Por último añadiremos el puré de calabaza, y mezclaremos con las varillas e iremos añadiendo la nata poco a poco hasta que quede una mezcla homogénea.
Extenderemos el relleno encima de la masa quebrada y hornearemos a 180º en la parte inferior del horno entre 30 y 45 minutos. Dejándola enfriar sobre la rejilla. Una vez fría le añadiremos las almendras troceadas.
Para la masa quebrada dulce:
200 gr de harina
100 gr de mantequilla
1 huevo
50 gr de azúcar
1 pizca de sal
Lo primero que haremos será el puré de calabaza. Partiremos la calabaza por la mitad y limpiaremos, quitando las pipas. En una bandeja con papel de aluminio colocaremo las dos mitades boca abajo, para evitar que se quemen los bordes. Las introduciremos en el horno previamente calentado a 90º, durante 30 min. Sacaremos la bandeja y dejaremos enfriar. Como todo en la cocina los tiempos son relativos y habrá que tener en cuenta el tamaño de la calabaza. Una vez fría, sacaremos la pulpa con ayuda de una cuchara.
A continuación prepararemos la masa quebrada. Haremos un volcán con la harina tamizada y colocaremos en el centro la mantequilla ablandada. Mezclaremos con las manos hasta conseguir una textura arenosa. Será entonces cuando integremos el azúcar. Una vez hecha bien la mezcla incluiremos los huevos y la sal, sin trabajar en exceso la masa.
Hacemos una bola, tapamos con film y dejamos reposar 20 min. Estiramos con rodillo y colocamos en un molde forrando incluso las paredes. Pinchamos con un tenedor la superficie y cubrimos con papel de hornear o aluminio , rellenando con unos garbanzos u otro tipo de elemento que ejerza presión sobre la masa. Horneamos 10 minutos a 200º. Transcurrido este tiempo la sacamos y la dejamos enfriar.
Mientras preparamos el relleno. Mezclamos los huevos con el azúcar, cuando estén bien integrados, añadimos la maicena, la sal, el jengibre y la canela. Por último añadiremos el puré de calabaza, y mezclaremos con las varillas e iremos añadiendo la nata poco a poco hasta que quede una mezcla homogénea.
Extenderemos el relleno encima de la masa quebrada y hornearemos a 180º en la parte inferior del horno entre 30 y 45 minutos. Dejándola enfriar sobre la rejilla. Una vez fría le añadiremos las almendras troceadas.